CAVA FRANCOLÍ
En 1921 tres socios aportaban veinte duros (60 céntimos de euro) de capital cada uno para empezar a producir cava en Espluga. Se trataba de Josep Cabeza, Salvador Porta y Bernat y Agustí Roig y Domingo. Aunque la marca no estaría plenamente registrada hasta el año 1924, en 1921 se ponía a la venta el cava Francolí. Se aprovechó la cueva del Quicall, en la Font Major, para convertirla en la bodega donde se llevaba a cabo el proceso, que seguía el méthode champenoise. En la Exposición Universal de Barcelona de 1929 tuvo un reconocimiento en forma de medalla. Al iniciarse la guerra de 1936-1939 el hombre fuerte de la empresa, Agustí Roig, fue asesinado. Al dejarse de hacer el cava, el embotellador Gili de reus adquirió la marca para poder disfrutar de un mayor suministro de azúcar en una época de carestía. En diciembre de 1998, una vez rescatada la marca, la Cooperativa Agrícola de l’Espluga ponía a la venta de nuevo un cava con la denominación histórica Francolí.
PULVERINO
En la Cueva del Quicall (Cova de la Vila) se habilitó un depósito de municiones. Este polvorín suministraba a las agrupaciones de artillería en los frentes del Segre y Ebre durante la batalla del Ebro. La Cova del Castell se adaptó como refugio, junto con el corral del Potreta, el de la pl. De la Iglesia y en la Pedrera. El día 1 de enero de 1939, a las 9:00h, siete aviones del ejército nazi bombardearon la Espluga de Francolí, provocando 7 muertos y 22 heridos. El 8 de enero ante el avance de las tropas franquistas que se encontraban en Vilanova de Prades, y la imposibilidad de retirar la munición por falta de medios de transporte, se da la orden de volar el polvorín. Había proyectiles de artillería y de mortero, un gran número de cajas de balas de fusil, y cajas de granadas de mano. La explosión resonó por toda la Conca de Barberà y causó daños en los edificios cercanos. Quedaron destruidos 54 edificios entre casas, corrales y almacenes y otros muchos edificios del pueblo resultaron afectados.
CHAMPIGNONES DE PARÍS “CHAMPI”
En el mismo lugar donde antes de la guerra de 1936-1939 se había producido el Cava Francolí, en la cueva del Quicall, el empresario Francisco Pedro Verny inició el cultivo de champiñones, que después se vendían en fresco y en conserva.
PESEBRE VIVIENTE
En 1967 el Belén Viviente de l’Espluga se representa en el interior de la Cueva de la Font Major. Durante una década se recibieron unos 5.000 visitantes por edición, siendo la de 1977 la última representación por carencia de apoyo económico.
El Belén Viviente en la cueva incluía escenas de folccore catalán. (Foto: Fernando Martí)